La dieta paleo se presenta como un regreso a los orígenes de la alimentación humana, inspirándose en los patrones de consumo de nuestros antepasados cazadores-recolectores. Aunque la idea de “comer como en la Edad de Piedra” resulta atractiva y romántica, la realidad es mucho más compleja y variada.
¿Qué es la dieta paleo?
Esta forma de alimentación propone consumir alimentos que podrían haber estado disponibles antes del advenimiento de la agricultura, hace aproximadamente 10.000 años. La premisa es que el cuerpo humano estaría mejor adaptado a los productos naturales y sin procesar, como carnes magras, pescados, frutas, verduras, frutos secos y semillas. Por el contrario, se evita el consumo de cereales, legumbres, lácteos y alimentos industrializados.
Beneficios de la dieta paleo
- Mejora nutricional: Al priorizar alimentos frescos y naturales, se incrementa la ingesta de vitaminas, minerales y antioxidantes.
- Control del peso: Al eliminar productos ultraprocesados y azúcares refinados, muchas personas experimentan una reducción en la ingesta calórica y una mejora en la composición corporal.
- Reducción de la inflamación: Se ha observado que una dieta basada en alimentos enteros puede contribuir a disminuir los procesos inflamatorios en el organismo.
- Estabilidad en los niveles de azúcar: Al evitar carbohidratos simples y procesados, se favorece el control de la glucemia.
Desventajas de la dieta paleo
- Restricción de grupos alimenticios: Excluir cereales, legumbres y lácteos puede llevar a deficiencias nutricionales.
- Costo y accesibilidad: La preferencia por alimentos orgánicos, carnes de calidad y productos frescos puede suponer un mayor gasto.
- Interpretación y variabilidad: La alimentación de nuestros antepasados no fue uniforme. Investigaciones recientes evidencian que la dieta prehistórica incluía una importante proporción de carbohidratos y variaba según la temporada y el entorno. Esta diversidad plantea el reto de adaptar los principios paleo a las realidades y necesidades individuales actuales.
Fundamentos y filosofía
Los defensores de la dieta paleo argumentan que nuestros genes no han evolucionado al mismo ritmo que la aparición de alimentos modernos, lo que podría contribuir a problemas de salud como la obesidad, la diabetes y enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, estudios etnográficos y arqueológicos muestran que la alimentación de nuestros antepasados era notablemente diversa y dependiente del entorno, con un aporte considerable de carbohidratos provenientes de tubérculos, frutas y miel.
Esta visión resalta la importancia de consumir alimentos enteros y mínimamente procesados, pero también invita a reconsiderar la rigidez de eliminar grupos alimenticios completos, ya que la variabilidad en las dietas ancestrales sugiere que la salud puede mantenerse a través de distintos patrones de consumo.
La dieta paleo invita a repensar nuestra relación con los alimentos, favoreciendo un estilo de vida que minimiza los productos procesados y prioriza la calidad nutricional. No obstante, es importante reconocer que no existe un único “modelo ancestral” y que la evolución humana ha permitido adaptaciones a una amplia variedad de patrones alimentarios.